Ayer, hoy y siempre…
“Todo tiempo pasado fue mejor”
Pero exactamente…
¿A que tiempo? ¿A que pasado nos referimos?
“Hoy” es el pasado que en un futuro añoraremos (lucidos analistas incluidos), olvidando toda la mierda general…
La distorsión de nuestra mente es excepcional, pero no tan grande como lo es, nuestra necesidad de creer. Necesidad de tener algo en lo que anclar, algo a lo que siempre se pueda volver, cuando todo lo demás este mal. Necesitamos tener la ilusión de que podremos regresar.
Y allí radica el punto principal y el error, del tan desacertado cliché que da titulo a este post.
El regreso, como bien postula Alejandro Dolina, es simplemente imposible. Uno cree poder hacerlo, pero solo se esta engañando a si mismo. Las cosas indefectiblemente cambian, no estarán esperando por nosotros estáticas, congeladas.
Y aunque el contexto o las cosas no cambien, nosotros si lo haremos. Yo no seré el mismo al terminar este texto, ni usted será el mismo después de leerlo.
La distorsión de nuestro subconsciente llega al punto de recordar tiempos de bonanza social, paz y seguridad que jamás existieron. Una vez mas el presente se hace insoportable y nuestra imposibilidad de hacer algo para cambiarlo se hace pesado en nuestra espalda… frustrante carga mental.
Por otra parte, si se plantea la discusión desde el lado de los “valores perdidos”, el final de la misma también será rápido. Ya que los mismos jamás existieron y en aquel tiempo(en el cual decimos que existían) también fue reclamada su vuelta con celeridad.
Haga usted, entonces, un presente y un futuro mejor, pero jamás intente regresar, jamás.
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