Click para mas información en:
Para publicar Poemas, Cuentos, Novelas y otros géneros literarios, lo invitamos a que pase por Poetas Anónimos S.A
Las publicaciones que contengan solamente enlaces a blogs o sólo el titulo del texto serán eliminadas, ya que es injusto para los demás autores, los que intercambian opiniones y participan.
Muchas Gracias!
martes, 23 de febrero de 2010
![]() |
¿Qué habría pasado con Sócrates en tiempos modernos?Publicado por Diego Belfort Burton 2 comentarios |
lunes, 22 de febrero de 2010
![]() |
un tal Duarte: Plegaria de la temporeraPublicado por Unknown 0 comentarios |
sábado, 20 de febrero de 2010
![]() |
Economía y racionalidadPublicado por Rafa Hambra 0 comentarios |
Orgullosos nos definimos como seres racionales, evolucionados individuos quienes superaron el primitivismo de sus antepasados homínidos. La ciencia y la tecnología desarrollada por nuestra especie -con alegría descubrimos-, se alejaron definitivamente de los umbrales de nuestros orígenes animales, e invertimos con esperanzado entusiasmo ingentes recursos en continuar su desarrollo.
Sin embargo, insistimos obcecadamente en aplicar en nuestra economía la receta liberal, más asociable con el estado salvaje de la naturaleza y con la ley del mas fuerte que nos muestran los documentales en algunas señales de la TV por cable. Tan claramente disociada del camino de la razón y la solidaridad que la humanidad eligió en tantos otros ordenes, diferenciándose así, del resto del mundo animal.
Y de esto hablamos, cuando escucho a compatriotas quejarse de que el estado argentino agobia con su presión fiscal, o que hay que reducir el gasto público. Hablemos de números, de cifras, de datos, no de palabras o de sensaciones.
Argentina recauda aproximadamente en términos del PIB un 24%, Brasil un 35%, EEUU un 37%, España un 40%, países como Francia o Alemania en el orden del 45%, y países como Finlandia, Suecia y otros en los que el nivel de vida es de los mejores del planeta en el orden del 50%. Estos promedios nos dicen, si lo pensamos un poco, que la gente que gana más está incluso en niveles aún mayores de los indicados. Porque están basados en un esquema progresivo, es decir, más paga el que más gana y más tiene. Cierto que mis números son de hace unos años, pero mucho no han cambiado. Y ahí está el tema central (en mi humildísima opinión): en que sin estado no hay nación, en que con un estado pequeño y sin capacidad no hay sociedad ni nación posible.
También, que si analizamos la composición de la recaudación fiscal Argentina, veremos que lamentablemente está basada en el IVA, es decir que pagan y aportan por igual quienes se desloman trabajando por unos exiguos ingresos y quienes, además de poseer una gran fortuna, evaden y eluden impunemente tributos al fisco.
Podemos aceptar como teoría general que lo correcto sería caminar/tender hacia un modelo progresivo basado en ganancias, pero la realidad es la que muestran estos gráficos que adjunto a este análisis, y sobre eso tenemos que actuar. Plantear otra cosa es negar la realidad o pretender que todo siga igual. Y esto es en lo que han resultado los acontecimientos de los últimos años en Argentina.
Tengamos en claro que los servicios que el estado presta en estos países a los que me refiero, que los subsidios que otorga a quienes tienen menos suerte, que el dinero que esa sociedad vuelca sobre los que menos posibilidades tienen y que permite que la rueda siga girando, lo hace porque previamente recaudó y mucho, y porque sobre todo pagan los que tienen para pagar. Y cuanto más se tiene más se paga.
Y acá debemos volver sobre nosotros: recaudamos un 24%/PIB imponiendo sobre los que menos fortuna tienen, y cuando se le quiere cobrar un poco a quienes deberían pagar y no pagan… y aún falta ajustar impositivamente sobre las rentas financieras… y aún falta…
Por si hace falta aclararlo a quienes no se llevan muy bien con las matemáticas, sumados IVA y SS aportan el 50% de la recaudación, es decir un 12% del PIB, en cambio Ganancias un 4,3% del PIB (donde también incluimos gente con ingresos no muy por encima del mínimo no imponible, no sólo los grandes ingresos), y finalmente los derechos de exportación (las retenciones a los combustibles, granos, etc.) aportan un magro 3% del PIB. Para que esto quede aún más claro faltaría contrastarlo con la distribución del ingreso en términos del PIB para comprender que la realidad es que en nuestro país no pagan impuestos los que ganan dinero, muy por el contrario, aportan más los más humildes. A diferencia, claro está, de los países a los que antes aludíamos, donde más pagan quienes más tienen.
Lo que esto nos señala, es que el gasto público argentino lo pagan básicamente los que menos dinero ganan. Cualquiera puede buscar el dato de cuál es la relación Gasto/PIB y compararla con el resto del mundo: en Argentina se gasta muy poco en términos del PIB, muchísimo menos de lo que los impresentables de siempre andan diciendo por ahí. La relación en nuestro país es del 14% (luego del pago de la deuda), cuando en los países “serios” es de al menos el 40%.
Sin ir tan lejos, sin cruzar los anchos mares, a Brasil lo que le permite ser una potencia mundial, presente en todos los foros internacionales, es defender la producción nacional; allí son patriotas hasta los militares. Antes de ser de izquierda o de derecha, primero son nacionalistas (en el buen sentido). En Argentina en cambio, existe un sálvese quien pueda histórico.
En definitiva, que la única forma de que vivamos en un país serio, como los del primer mundo, es que la riqueza se distribuya adecuadamente, que el estado invierta en que la sociedad funcione.
Si me lo permiten, tendríamos que pensar como en Europa piensa la gente del campo: al estado le reclaman que los subsidie (a los que les va mal, a los que les va bien pasan vergüenza si lo hacen) y no que no les cobre impuestos.
En todo el mundo todos quieren ganar dinero; lo que no sucede en el resto del mundo es que cuando el estado interviene para que no se distorsione el mercado un grupo de empresarios corten carreteras y bloqueen por la fuerza a los que desean seguir trabajando (y a quien lo intentó en España hace muy poco, se le mandó la guardia civil para poner orden, porque tus derechos económicos terminan donde empiezan los de los demás). También recuerdo cuando en Chile sucedió algo parecido con otro resultante, desafortunadamente.
Entonces, en la discusión política argentina, cuando alguien dice que hay que bajar los impuestos, que el estado agobia, que gasta mucho, está mintiendo. Y esa mentira sólo tiene dos orígenes, la ignorancia, o la infamia. Se puede criticar a los gobiernos, siempre sobran motivos para hacerlo, se viva donde se viva, pero no se puede ignorar la realidad, porque entonces uno corre el riesgo de ser manipulado, en contra de sus intereses.
Algunas fuentes:
Datos de Econométrica: http://www..ieco.clarin.com/2008/07/15/databankiii.pdf
Datos de la Facultad de Agronomía: http://www.agro.uba.ar/apuntes/no_1/sector.htm
Datos de Wikipedia: http://es.wikipedia.org/wiki/Imagen:PBI_Argentina_-_2005.png
Datos de la servicio de comercio de EEUU: http://www.comerciousa.org/argentina_editable/AMBIENTE.asp
Datos de la Academia nacional de agronomía y veterinaria: http://www.anav.org.ar/trabajos_publicados/18/Reca.pdf
Datos del CEMA: http://www.cema.edu.ar/~aed/CEMA_Oct_06.ppt
Datos del Centro de corredores: http://www.centrodecorredores.org.ar/cntrorpt/conferenciagonzalezfraga110608.ppt
Datos de CAME: http://redcame.org.ar/news.php3?id=1150
Datos de otra consultora: http://www.exante.com.ar/PUBLICO/anteriores/Abril%202005/050429.pdf
Nota de Clarín: http://www.clarin.com/diario/2007/03/10/elpais/p-02402.htm
Nota de El Correo: http://www.elcorreo.eu.org/esp/article.php3?id_article=1798
Fue publicado en Descubriendo los
tesoros.
martes, 16 de febrero de 2010
![]() |
Punto de control sobre nuestra concienciaPublicado por Rafa Hambra 0 comentarios |
Hay un coro de niños en esta película, de caras traviesas, que incluso parecen felices, que grita de manera desordenada: “¿Porqué no puedo ser libre como otros niños del mundo?”, y esto me conmovió. Es que uno intenta ensayar una repuesta, y agradece angustiado no tener que darla. Cómo responder mirándoles a los ojos.
Cómo no conmoverse con las historias de quienes quieren vivir, sin más, sólo eso, con simpleza, con mínima alegría, vivir.
Un recuerdo que me agobia: Unos 6000 chicos de 119 escuelas de la Franja de Gaza se lanzaron a la playa de Beit Lahiya con el mismo objetivo: romper el record mundial de barriletes izados simultáneamente. La marca más alta registrada hasta ahora fueron los 967 remontados el año 2008 en Melle-Gronegau, Alemania.
Según el responsable de la agencia de la ONU para los refugiados palestinos, la iniciativa buscaba convertirse “en una expresión de la demanda de libertad de los niños”. Los observadores llegaron a contar 3000 barriletes en el aire al mismo tiempo.
Pero tanto esfuerzo no quedará en la historia: el record no pudo ser verificado por un juez del Libro Guinness, convocado al efecto, por las restricciones impuestas por los israelíes para entrar en Gaza.
¿Por qué? ¿Por qué lo permitimos?
Checkpoint Rock
La fuerza de internet se impone día a día. Ya no nos conformamos con lo que ofrecen las grandes cadenas informativas. Gracias a la red se puede divulgar la realidad sin manipulación. Esto es lo que sucede cuando escuchamos la música que incluye el álbum Checkpoint Rock; banda sonora de un documental español donde se nos cuenta la difícil vida de los músicos en Palestina. Ha sido dirigido por los también españoles Fermín Muguruza y Javier Corcuera. Para ello, recorrieron Gaza y sus alrededores entrevistando y viendo trabajar a músicos de hip hop tan famosos como Dam e intersantes formaciones y cantantes más desconocidas que van desde la música tradiconal hasta el rock como: Marcel Khalife, Khalas, Amal Murkus (cantante tradicional), Safaa Arapiyat (Primera rapera palestina), Walla'at, Habib Al-Deek (maestro de oud de la Universidad de Nablus), Muthana Sha'Ban, Shadi Al-Assi, Sabreen, Ayman Pr, Le Trio Joubran.
Podés escuchar su música si visitás su espacio en MySpace.
El 27 de diciembre de 2008, Israel lanzó un asalto a la Franja de Gaza. El ataque del 27 de diciembre provocó el mayor número de muertos en 60 años de conflicto entre el estado de Israel y el pueblo palestino. En poco más de 3 semanas, murieron 1.417 palestinos y 13 israelíes.
Aquí un vídeo sobre esto con impactantes detalles estadísticos de CJPME, una organización canadiense para la justicia y la paz en la región.
Fue publicado en Descubriendo los tesoros.
domingo, 14 de febrero de 2010
![]() |
¿Qué es el modelo?Publicado por Rafa Hambra 0 comentarios |
El modelo es la extranjerización de la economía. Lo que no es nuevo. Colonizados estamos. De lo contrario, cómo explicar que creamos que los poderosos y protegidos estados centrales nos van a ayudar graciosamente, mientras nos impiden desarrollarnos en nuestras fortalezas a través de barreras comerciales. Y si por ventura nos fortalecemos en aquello que no les conviene, hábilmente nos hacen la zancadilla.
Hablemos de historia. Siempre los gloriosos discursos de los imperios prometieron justicia, respeto, equidad. La historia y el presente nos demuestran cruelmente que nada hay más alejado de nuestros intereses que los del imperio.
¿Que no hay imperio? ¿Que es un discurso pueril, anticuado? En otras etapas de la historia universal, a las colonias rebeldes, les mandaban tropas. Hoy: los mercados. Pero esto es posible sólo porque las colonias se someten. Voluntariamente. El modelo, es claramente la dominación. Económica, pero también cultural. ¿Por qué insistiré hoy con la historia? Siempre, los imperios necesitaron lacayos. Siempre. Hace poco alguien me recordó en medio de un debate, dónde y porqué se acuñó el término cipayo. Nada es nuevo. Seguramente más sutil, pero no nuevo.
La discusión señores, es claramente ideológica. Indudablemente política, más que económica. El modelo está definido por las elecciones hechas por los sucesivos gobiernos. ¿Qué pesa en la decisión? Ahí está la quintaesencia del modelo. ¿Qué objetivo persiguen nuestros gobernantes cuando tienen que elegir? En definitiva responden a su ideología, no se confunden. Ellos no se confunden.
Por esto, entre otras cosas, creo firmemente en que la salida del modelo incluye necesariamente la redefinición de la estrategia impositiva. Seguir bajándole impuestos a los que les va bien y subírselos a los que le va mal, es profundizar el modelo. Eso queda clarísimo incluso sin definir cuestiones excesivamente técnicas. Dentro de los caminos que nos dejan, no es fácil ciertamente avanzar en ninguna dirección que nos sirva. A nosotros, a los mortales, al vulgo.
Que va a ser difícil que logremos cambiar el modelo económico al final de tanto tropiezo y tanto error. Que nos van a bombardear para hacernos fracasar, para confundirnos. Qué novedad. Acaso el camino por el que nos permiten avanzar nos promete felicidad, sosiego. Las condiciones subjetivas nos imponen la imposibilidad de alternativas al modelo, no las objetivas.
Lo dicho: estamos colonizados voluntariamente. En salir de esto habrá que trabajar. En construir una alternativa con una ideología claramente marcada por el "Nosotros". Que respondiendo a su "perfil ideológico", cuando deba decidir, decida pensando lo mejor para la gente -nosotros-, y no en los mercados –ellos-. Y después a soportar estoicamente. ¿Cuándo fue fácil librarse de la opresión?
Al final de tanta tecla quejándose de mi poco sutiles dedos, concluyo que el modelo es la sempiterna lucha de los poderosos por seguir siéndolo, y de los débiles por dejar de serlo.
¿Será esto maximalismo o minimalismo?
Fue publicado en Descubriendo los tesoros y en El diario de Gualeguay
jueves, 11 de febrero de 2010
![]() |
RADIOGRAFIA DE UN VERDADERO DELINCUENTEPublicado por Marcelo Fassanelli 0 comentarios |
SI REUTEMANN ESTA PREOCUPADO PORQUE LOS KIRCHNER SE PUEDAN ROBAR LA CASA ROSADA SERIA BUENO QUE EMPEZARA POR DEVOLVER TODO LO QUE EL Y SUS SECUACES SE ROBARON DURANTE LOS DOS PERIODOS COMO GOBERNADOR DE LA PROVINCIA DE SANTA FE
CARLOS REUTEMANN
Llegó a la política farandulera de la mano de Carlos Menem, a quien admira y apoyó hasta en la última elección (prueba de ello es la foto sacada en Canal 3 de Rosario a días de las elecciones levantando la mano de Carlos Saúl).
La va de apolítico pero tiene 18 años como gobernador y senador.
Como gobernador puso a su sobrina Verónica como secretaria privada. Verónica Reutemann hoy está procesada por compras con facturas truchas a empresas fantasmas creadas por su marido por valores superiores a los 10 millones de pesos / dólares. Su comentario: "No tengo nada que ver, uno no elige la familia…".
Impuso como senador a su amigo muy íntimo y socio Jorge Massat. Reutemann logró que Massat sea presidente de la Comisión Bicameral de Privatizaciones junto a Liliana Gurdulich de Correa, otra vieja conocida del piloto. Ambos votaron 125 de las 167 leyes de privatización.
Según Verbisky “...se calcula que coimas por más de 1000 millones de dólares fueron repartidas en ese periodo” (Pagina12 / 26-11-2005)
Durante los años de mandato, Massat y Reutemann compartieron despacho, secretarios, empleados y algunas actividades.
Juntos gestionaron, recibieron y desviaron 57 millones de dólares de subsidios dirigidos al Ingenio Arno. Nunca se aclaró el destino de este dinero que debió haberse distribuido en Villa Ocampo para superar la crisis. Pero el dinero nunca llegó. Los rumores de fraude comienzan a surgir. Durante ese periodo, coincidentemente, se crea la sociedad Manzano, Reutemann, Massat, la cual garantiza que el Multimedio La Capital, tape y no dé difusión el escándalo que involucra a esta gran estafa. Finalmente, pese al silencio de LT8, LT3 y La Capital, es Clarií el que le dá difusión nacional y la justicia se ve obligada a actuar.
Jorge Massat no pudo explicar el enriquecimiento ilícito por más de 17 millones de dólares, fue procesado y condenado. Su socio, mentor, amigo íntimo y confidente Carlos Reutemann como siempre, miró para otro lado y dijo: "No me consta que haya robado."
En esos mismos años Carlos Reutemann no pudo justificar ante la AFIP un crecimiento patrimonial de 6 millones de dólares. Al mismo tiempo se le descubre una cuenta en Suiza no declarada por 9 millones de dólares y comenta: "Se me olvidó, mi contador debería haberse acordado". Ningún fiscal actua de oficio.
Como gobernador crea una Justicia y una Corte Suprema a su imagen y semejanza con Rafael Gutiérrez, Eduardo Spuller, María Angélica Gastaldi, su primo hermano, su abogado personal y su amiga y militante peronista.
Nombró entre sus dos mandatos 67 jueces amigos y más de 100 secretarios, personalmente y a dedo.
Nombro 56 jueces de paz el día antes de irse, su preparador físico, su masajista, su chofer, su casero, su mecánico, los hijos de sus amigos, los amigos de sus amigos... Los hijos de Roxana Latorre, del senador Monti, de Lacava, de Lagna, el sobrino de Vanrell, un ahijado de Alejandra Vucasovich...un largo listado donde el 85 por ciento de las personas mencionadas no tenían idoneidad para ejercer el cargo.
Durante sus ocho años como gobernador acumuló miles y miles de demandas, pero lo que es peor, su gobierno sumó 3132 denuncias por corrupción. Esa cifra significa más de una denuncia de corrupción por día, durante ocho años. Sumo 45 casos de gatillo facil en el mismo periodo. Ningun fiscal nunca actuo de oficio.
Amigo íntimo del obispo Storni, impidió durante sus dos mandatos, que el cura pedófilo, sea investigado y juzgado por corrupción de menores.
Fervoroso adherente al Consenso de Washington, admirador público del dúo Menem - Cavallo y “privatizador compulsivo” como se define a sí mismo (ver nota en Revista Gente Julio 1998) inicia el desguace de Santa Fe.
Por orden expresa de Reutemann se eximió a la Caja de Jubilaciones de la provincia de presentar balances durante su dos gestiones. Resultado: un gran saqueo con un déficit superior a los 125 millones de dólares que se arrastra hasta nuestro días.
Reutemann nombra a su amigo de la infancia Juan Carlos Lombardi como subsecretario de Asuntos Legislativos un supuesto abogado acusado de usurpación de título y asociación ilícita quien ya había ejercido ilegalmente la profesión con anterioridad. Un escandalo mediático hace que a los pocos meses de asumir deba renunciar pero no termina alli su carrera.
Por pedido de Menem y una gigantesca coima mediante, Reutemann puso el puerto de Rosario en manos del consorcio filipino y nombra como administrador al falso abogado Juan Carlos Lombardi. Los filipinos jamás pagaron el canon ni cumplieron con los contratos. Tres años más tarde se retiran dejando una deuda de 120 millones de dólares. Reutemann
Privatizó la Dipos, (Aguas). Pasaron los años y no se realizaron las obras comprometidas por la empresa francesa, el servicio empeoró hasta hacerse insostenible, la empresa se retiró, la provincia pierde 90 millones de dólares y afronta un juicio por 300 millones más.
Privatizó el Banco Provincial. Lo entregó por monedas a los hermanos Rohnn previo pago de 25 millones de dólares de coima. Se perdió una cartera de más de 600 millones. Se perdió el instrumento financiero de la provincia.
Intentó privatizar la EPE, la destruyó y descapitalizó durante cuatro años para tener una excusa, la resistencia del sindicato lo impidió. La contadora fiscal que revisó las actividades de los gerentes de la EPE, Dolly de Kleisinger, fue echada de su cargo por descubrir una gran cantidad de irregularidades. Todas conducían a Reutemann. La empresa quedó en estado agonizante y va llevar años recuperarla y una inversión superior a los 1500 millones de pesos.
En la Asamblea del 2001 anunció su intención de privatizar los dos aeropuertos santafesinos Sauce Viejo y Fisherton, la crisis se lo impidió.
Envió a su ministro Mercier a EE.UU. a gestionar créditos a organismos internacionales por 300 millones de dólares y ofreció como garantía privatizar la totalidad del sistema de Educación y Salud. No le dieron los tiempos para concretarlo.
Ni ahorro ni austeridad. Enfrentó la crisis del 2001 haciendo “La Gran Reutemann” no sólo no les aumentó, sino que les rebajó el sueldo a maestros, policías, médicos, jubilados y administrativos. Les sacó el 13 por ciento de sueldos y jubilaciones durante cuatro años. Su pensamiento fue claro: “Si el mayor gasto es en sueldos, achiquemos los sueldos...”(sic). Diario La Capital 6/9 2001
La inversión porcentual en Salud de sus dos gobernaciones es la más baja de la historia política de Santa Fe, o sea, de los últimos 170 años. No construyó un solo centro de salud en toda la provincia y el único hospital que levanta, no sólo adolece de todo tipo de problemas edilicios sino que desapareció en la última inundación por haberse construido en terrenos inundables.
La inversión en Educación fue nula. Solo se pagaron sueldos reducidos en el 13 por ciento. No se construyó ni una sola aula. El deterioro va a llevar años revertirlo.
Reemplazó los pocos ministros con conocimientos profesionales por gerenciadores para el ajuste. Reemplaza docentes y médicos y pone contadores en Salud y Educación.
Reemplaza en Seguridad, civiles por genocidas, como el Coronel Regie acusado de 40 muertes y secuestros. El resultado: Diciembre 2001, Pocho Lepratti y siete muertos en la más dura represión de Argentina.
Durante su mandato elimina el ministerio de Obras Publicas. Y lo transforma en Secretaria. La Obra no le interesa.
Para hacer "negocios" puso en Hidráulica a sus amigos y parientes. Pero todo les salió mal, inundaron Cañada de Gómez y murieron 3 personas. Secaron los Bajos Submeridionales y la sequía dura hasta nuestros días. Ignoraron la Picassa durante 10 años hasta hacerla incontrolable. Todas las obras que hicieron en ciudad de Santa Fe no sirvieron de nada y produjeron las dos inundaciones más pavorosas de la historia de la provincia, con 23 muertos directos, cientos indirectos y miles de millones de demandas.
Un año después de la inundación cerró la Oficina de Prevención Hídrica para “ahorrar”.
Malversó y desvió los fondos de la ayuda nacional para las inundaciones hacia municipios no inundados con fines electorales.
En ocho años como gobernador no realizó un sólo proyecto para mejor la provisión de agua. Los dos tercios de la provincia ingieren agua de pésima calidad.
Evitó durante ocho años dar explicación en la justicia de todos sus desastres.
Como senador votó obsecuentemente todo lo que los Kirchner pidieron aunque perjudicara sistemáticamente la provincia de Santa Fe y sólo reaccionó cuando le tocaron el bolsillo con las retenciones.
Desde hace varios años, (asesorado por su ex ministro de economía, Jose Maria Candiotti, quien debió renunciar durante su mandato por lavado de dinero), cada 6 meses (en enero y julio) Reutemann viaja a Estados Unidos (Nueva York) a la sede del Banco HSBC a renovar su plazo fijo en dólares. Cada 6 meses también (mayo y noviembre) viaja a Suiza, a Berna y a Zurich a renovar sus plazos fijos en cuentas cifradas innominales. En esas cuentas está todo el dinero sucio de las coimas acumuladas a través de sus mandatos. Cada vez que llega de esos viajes y para evitar que el periodismo le pregunte que actividad realiza en el exterior , produce declaraciones polémicas en los medios como cortinas de humo. Luego vuelve a su natural ostracismo.
Ahora el gran delincuente tiene miedo que los Kirchener se roben la Casa Rosada. Si esto ocurre es probable que le pidan asesoramiento, porque de eso él sabe mucho.
![]() |
¿Cuándo pediremos perdón por La triple Alianza?Publicado por Rafa Hambra 0 comentarios |
Suman medio millón los paraguayos que han abandonado la patria, definitivamente, en los últimos veinte años. La miseria empuja al éxodo a los habitantes del país que era, hasta hace un siglo, el más avanzado de América del Sur. Paraguay tiene ahora una población que apenas duplica a la que por entonces tenía y es, con Bolivia, uno de los dos países sudamericanos más pobres y atrasados. Los paraguayos sufren la herencia de una guerra de exterminio que se incorporó a la historia de América Latina como su capítulo más infame. Se llamó la Guerra de la Triple Alianza. Brasil, Argentina y Uruguay tuvieron a su cargo el genocidio. No dejaron piedra sobre piedra ni habitantes varones entre los escombros. Aunque Inglaterra no participó directamente en la horrorosa hazaña, fueron sus mercaderes, sus banqueros y sus industriales quienes resultaron beneficiados con el crimen de Paraguay. La invasión fue financiada, de principio a fin, por el Banco de Londres, la casa Baring Brothers y la banca Rothschild, en empréstitos con, intereses leoninos que hipotecaron la suerte de los países vencedores".
Hasta su destrucción, Paraguay se erguía como una excepción en América Latina: la única nación que el capital extranjero no había deformado. El largo gobierno de mano de hierro del dictador Gaspar Rodríguez de Francia (1814–1840) había incubado, en la matriz del aislamiento, un desarrollo económico autónomo y sostenido. El Estado, omnipotente, paternalista, ocupaba el lugar de una burguesía nacional que no existía, en la tarea de organizar la nación y orientar sus recursos y su destino. Francia se había apoyado en las masas campesinas para aplastar la oligarquía paraguaya y había, conquistado la paz interior tendiendo un estricto cordón sanitario frente a los restantes países del antiguo virreinato del Río de la Plata. Las expropiaciones, los destierros, las prisiones, las persecuciones y las multas no habían servido de instrumentos para la consolidación del dominio interno de los terratenientes y los comerciantes sino que, por el contrario, habían sido utilizados para su destrucción. No existían, ni nacerían más tarde, las libertades políticas y el derecho de oposición, pero en aquella etapa histórica sólo los nostálgicos de los privilegios perdidos sufrían la falta de democracia. No había grandes fortunas privadas cuando Francia murió, y Paraguay era el único país de América Latina que no tenía mendigos, hambrientos ni ladrones; los viajeros de la época encontraban allí un oasis de tranquilidad en medio de las demás comarcas convulsionadas por las guerras continuas. El agente norteamericano Hopkins informaba en 1845 a su gobierno que en Paraguay «no hay niño que no sepa leer y escribir...»
Era también el único país que no vivía con la mirada clavada al otro lado del mar. El comercio exterior no constituía el eje de la vida nacional; la doctrina liberal, expresión ideológica de la articulación mundial de los mercados, carecía de respuestas para los desafíos que Paraguay, obligado a crecer hacia dentro por su aislamiento mediterráneo, se estaba planteando desde principios de siglo. El exterminio de la oligarquía hizo posible la concentración de los resortes económicos fundamentales en manos del Estado, para llevar adelante esta política autárquica de desarrollo dentro de fronteras.
Los posteriores gobiernos de Carlos Antonio López y su hijo Francisco Solano continuaron y vitalizaron la tarea. La economía estaba en pleno crecimiento. Cuando los invasores aparecieron en el horizonte, en 1865, Paraguay contaba con una línea de telégrafos, un ferrocarril y una buena cantidad de fábricas de materiales de construcción, tejidos, lienzos, ponchos, papel y tinta, loza y pólvora. Doscientos técnicos extranjeros, muy bien pagados por el Estado, prestaban su colaboración decisiva. Desde 1850, la fundición de Ibycui fabricaba cañones, morteros y balas de todos los calibres; en el arsenal de Asunción se producían cañones de bronce, obuses y balas. La siderurgia nacional, como todas las demás actividades económicas esenciales, estaba en manos del Estado. El país contaba con una flota mercante nacional, y habían sido construidos en el astillero de Asunción varios de los buques que ostentaban el pabellón paraguayo a lo largo del Paraná o a través del Atlántico y el Mediterráneo. El Estado virtualmente monopolizaba el comercio exterior: la yerba y el tabaco abastecían el consumo del sur del continente; las maderas valiosas se exportaban a Europa. La balanza comercial arrojaba un fuerte superávit. Paraguay tenía una moneda fuerte y estable, y disponía de suficiente riqueza para realizar enormes inversiones públicas sin recurrir al capital extranjero. El país no debía ni un centavo al exterior, pese a lo cual estaba en condiciones de mantener el mejor ejército de América del Sur, contratar técnicos ingleses que se ponían al servicio del país en lugar de poner al país a su servicio, y enviar a Europa a unos cuantos jóvenes universitarios paraguayos para perfeccionar sus estudios. El excedente económico generado por la producción agrícola no se derrochaba en el lujo estéril de una oligarquía inexistente, ni iba a parar a los bolsillos de los intermediarios, ni a las manos brujas de los prestamistas, ni al rubro ganancias que el Imperio británico nutría con los servicios de fletes y seguros. La esponja imperialista no absorbía la riqueza que el país producía. El 98 por ciento del territorio paraguayo era de propiedad pública: el Estado cedía a los campesinos la explotación de las parcelas a cambio de la obligación de poblarlas y cultivarlas en forma permanente y sin el derecho de venderlas. Había, además, sesenta y cuatro estancias de la patria, haciendas que el Estado administraba directamente. Las obras de riego, represas y canales, y los nuevos puentes y caminos contribuían en grado importante a la elevación de la productividad agrícola. Se rescató la tradición indígena de las dos cosechas anuales, que había sido abandonada por los conquistadores. El aliento vivo de las tradiciones jesuitas facilitaba, sin duda, todo este proceso creador.
El Estado paraguayo practicaba un celoso proteccionismo, muy reforzado en 1864, sobre la industria nacional y el mercado interno; los ríos interiores no estaban abiertos a las naves británicas que bombardeaban con manufacturas de Manchester y de Liverpool a todo el resto de América Latina. El comercio inglés no disimulaba su inquietud, no sólo porque resultaba invulnerable aquel último foco de resistencia nacional en el corazón del continente, sino también, y sobre todo, por la fuerza de ejemplo que la experiencia paraguaya irradiaba peligrosamente hacia los vecinos. El país más progresista de América Latina construía su futuro sin inversiones extranjeras, sin empréstitos de la banca inglesa y sin las bendiciones del comercio libre.
Pero a medida que Paraguay iba avanzando en este proceso, se hacía más aguda su necesidad de romper la reclusión. El desarrollo industrial requería contactos más intensos y directos con el mercado internacional y las fuentes de la técnica avanzada. Paraguay estaba objetivamente bloqueado entre Argentina y Brasil, y ambos países podían negar el oxígeno a sus pulmones cerrándole, como lo hicieron Rivadavia y Rosas, las bocas de los ríos, o fijando impuestos arbitrarios al tránsito de sus mercancías. Para sus vecinos, por otra parte, era una imprescindible condición, a los fines de la consolidación del estado olígárquico, terminar con el escándalo de aquel país que se bastaba a sí mismo y no quería arrodillarse ante los mercaderes británicos.
El ministro inglés en Buenos Aires, Edward Thornton; participó considerablemente en los preparativos de la guerra. En vísperas del estallido, tomaba parte, como asesor del gobierno, en las reuniones del gabinete argentino, sentándose al lado del presidente Bartolomé Mitre. Ante su atenta mirada se urdió la trama de provocaciones y de engaños que culminó con el acuerdo argentino–brasileño y selló la suerte de Paraguay. Venancio Flores invadió Uruguay, en ancas de la intervención de los dos grandes vecinos, y estableció en Montevideo, después de la matanza de Paysandú, su gobierno adicto a Río de Janeiro y Buenos Aires. La Triple Alianza estaba en funcionamiento. El presidente paraguayo Solano López había amenazado con la guerra si asaltaban Uruguay: sabía que así se estaba cerrando la tenaza de hierro en torno a la garganta de su país acorralado por la geografía y los enemigos. El historiador liberal Efraím Cardozo no tiene inconveniente en sostener, sin embargo, que López se plantó frente a Brasil simplemente porque estaba ofendido: el emperador le había negado la mano de una de sus hijas. La guerra había nacido. Pero era obra de Mercurio, no de Cupido.
La prensa de Buenos Aires llamaba «Atila de América» al presidente paraguayo López: «Hay que matarlo como a un reptil», clamaban los editoriales. En septiembre de 1864, Thornton envió a Londres un extenso informe confidencial, fechado en Asunción. Describía a Paraguay como Dante al infierno, pero ponía el acento donde correspondía: «Los derechos de importación sobre casi todos los artículos son del 20 o 25 por ciento ad valorem; pero como este valor se calcula sobre el precio corriente de los artículos, el derecho que se paga alcanza frecuentemente del 40 al 45 por ciento del precio de factura. Los derechos de exportación son del 10 al 20 por ciento sobre el valor...» En abril de 1865, el Standard, diario inglés de Buenos Aires, celebraba ya la declaración de guerra de Argentina contra Paraguay, cuyo presidente «ha infringido todos los usos de las naciones civilizadas», y anunciaba que la espada del presidente argentino Mitre «llevará en su victoriosa carrera, además del peso de glorias pasadas, el impulso irresistible de la opinión pública en una causa justa». El tratado con Brasil y Uruguay se firmó el 10 de mayo de 1865; sus términos draconianos fueron dados a la publicidad un año más tarde, en el diario británico The Times, que lo obtuvo de los banqueros acreedores de Argentina y Brasil. Los futuros vencedores se repartían anticipadamente, en el tratado, los despojos del vencido. Argentina se aseguraba todo el territorio de Misiones y el inmenso Chaco; Brasil devoraba una extensión inmensa hacia el oeste de sus fronteras. A Uruguay, gobernado por un títere de ambas potencias, no le tocaba nada. Mitre anunció que tomaría Asunción en tres meses. Pero la guerra duró cinco años. Fue una carnicería, ejecutada todo a lo largo de los fortines que defendían, tramo a tramo, el río Paraguay. El «oprobioso tirano» Francisco Solano López encarnó heroicamente la voluntad nacional de sobrevivir; el pueblo paraguayo, que no sufría la guerra desde hacía medio siglo, se inmoló a su lado. Hombres, mujeres, niños y viejos: todos se batieron como leones. Los prisioneros heridos se arrancaban las vendas para que no los obligaran a pelear contra sus hermanos.
En 1870, López, a la cabeza de un ejército de espectros, ancianos y niños que se ponían barbas postizas para impresionar desde lejos, se internó en la selva. Las tropas invasoras asaltaron los escombros de Asunción con el cuchillo entre los dientes. Cuando finalmente el presidente paraguayo fue asesinado a bala y a lanza en la espesura del cerro Corá, alcanzó a decir: «¡Muero con mi patria!», y era verdad. Paraguay moría con él. Antes, López había hecho fusilar a su hermano y a un obispo, que con él marchaban en aquella caravana de la muerte. Los invasores venían para redimir al pueblo paraguayo: lo exterminaron.Paraguay tenía, al comienzo de la guerra, poco menos población que Argentina. Sólo doscientos cincuenta mil paraguayos, menos de la sexta parte, sobrevivían en 1870. Era el triunfo de la civilización. Los vencedores, arruinados por el altísimo costo del crimen, quedaban en manos de los banqueros ingleses que habían financiado la aventura. El imperio esclavista de Pedro II, cuyas tropas se nutrían de esclavos y presos, ganó, no obstante, territorios, más de sesenta mil kilómetros cuadrados, y también mano de obra, porque muchos prisioneros paraguayos marcharon a trabajar en los cafetales paulistas con la marca de hierro de la esclavitud. La Argentina del presidente Mitre, que había aplastado a sus propios caudillos federales, se quedó con noventa y cuatro mil kilómetros cuadrados de tierra paraguaya y otros frutos del botín, según el propio Mitre había anunciado cuando escribió: «Los prisioneros y demás artículos de guerra nos los dividiremos en la forma convenida». Uruguay, donde ya los herederos de Artigas habían sido muertos o derrotados y la oligarquía mandaba, participó de la guerra como socio menor y sin recompensas. Algunos de los soldados uruguayos enviados a la campaña del Paraguay habían subido a los buques con las manos atadas. Los tres países sufrieron una bancarrota financiera que agudizó su dependencia frente a Inglaterra. La matanza de Paraguay los signó para siempre.El Día del Niño se conmemora con desfiles y homenajes en Paraguay el 16 de agosto, en recuerdo de los tres mil quinientos niños exterminados en la batalla de Acosta Ñú librada en 1869. Los chicos masacrados llevaban las caras pintadas con barbas y bigotes, las cabezas cubiertas con quepis militares y sus manos con palos y maderas simulando fusiles. (Pintura de Cándido López)
Brasil había cumplido con la función que el Imperio británico le había adjudicado desde los tiempos en que los ingleses trasladaron el trono portugués a Río de Janeiro. A principios del siglo XIX, habían sido claras las instrucciones de Canníng al embajador, Lord Strangford: «Hacer del Brasil un emporio para las manufacturas británicas destinadas al consumo de toda la América del Sur». Poco antes de lanzarse a la guerra, el presidente de Argentina había inaugurado una nueva línea de ferrocarriles británicos en su país, y había pronunciado un inflamado discurso: «¿Cuál es la fuerza que impulsa este progreso? Señores: ¡es el capital inglés!». Del Paraguay derrotado no sólo desapareció la población: también las tarifas aduaneras. los hornos de fundición, los ríos clausurados al libre comercio, la independencia económica v vastas zonas de su territorio. Los vencedores implantaron, dentro de las fronteras reducidas por el despojo, el librecambio y el latifundio. Todo fue saqueado y todo fue vendido: las tierras y los bosques, las minas, los yerbales, los edificios de las escuelas. Sucesivos gobiernos títeres serían instalados, en Asunción, por las fuerzas extranjeras de ocupación. No bien terminó la guerra, sobre las ruinas todavía humeantes de Paraguay cayó el primer empréstito extranjero de su historia. Era británico, por supuesto. Su valor nominal alcanzaba el millón de libras esterlinas, pero a Paraguay llegó bastante menos de la mitad; en los años siguientes, las refinanciaciones elevaron la deuda a más de tres millones. La Guerra del Opio había terminado, en 1842, cuando se firmó en Nanking el tratado de libre comercio que aseguró a los comerciantes británicos el derecho de introducir libremente la droga en el territorio chino. También la libertad de comercio fue garantizada por Paraguay después de la derrota. Se abandonaron los cultivos de algodón, y Manchester arruinó la producción textil; la industria nacional no resucitó nunca.

La triple Alianza sigue siendo todo un éxito.
Los hornos de la fundación de Ibycuí, donde se forjaron los cañones que defendieron a la patria invadida, se erguían en un paraje que ahora se llama Mina-cué -que en guaraní significa Fue mina.
Allí, entre pantanos y manquitos, junto a los restos de un muro derruido, yace todavía la bese de la chimenea que los invasores volaron, hace un siglo, con dinamita, y pueden verse los pedazos de hierro podrido de las instalaciones deshechas. Viven, en la zona, unos, pocos campesinos en harapos, que ni siquiera saben cuál fue la guerra que destruyó todo eso.
Sin embargo, ellos dicen que en ciertas noches se escuchan, allí, voces de máquina y truenos de martillos, estampidos de cañones y alaridos de soldados.
(Eduardo Galeano. Las venas abiertas de América Latina)
La Guerra de la Triple Alianza
(Felipe Pigna)
La guerra que enfrentó a la Argentina, Brasil y Uruguay contra Paraguay, entre 1865 y 1870, respondió más a los intereses británicos y de acabar con un modelo autónomo de desarrollo como el paraguayo, que podía devenir en un "mal ejemplo" para el resto de América latina, que a los objetivos de unificación nacional y defensa del territorio proclamados por sus promotores.
El conflicto que terminó por enfrentar al Paraguay con la Triple Alianza, formada por Argentina, Brasil y Uruguay, tuvo su origen en 1863, cuando el Uruguay fue invadido por un grupo de liberales uruguayos comandados por el general Venancio Flores, quienes derrocaron al gobierno blanco, de tendencia federal y único aliado del Paraguay en la región.
La invasión había sido preparada en Buenos Aires con el visto bueno del presidente Bartolomé Mitre y el apoyo de la armada brasileña. El Paraguay intervino en defensa del gobierno depuesto y le declaró la guerra al Brasil.
El gobierno de Mitre se había declarado neutral pero no permitió el paso por Corrientes de las tropas comandadas por el gobernante paraguayo Francisco Solano López. Esto llevó a López a declarar la guerra también a la Argentina.
Brasil, la Argentina y el nuevo gobierno uruguayo firmaron en mayo de 1865 el Tratado de la Triple Alianza, en el que se fijaban los objetivos de la guerra y las condiciones de rendición que se le impondrían al Paraguay.
Hasta 1865 el gobierno paraguayo, bajo los gobiernos de Carlos Antonio López y su hijo Francisco Solano López, construyó astilleros, fábricas metalúrgicas, ferrocarriles y líneas telegráficas. La mayor parte de las tierras pertenecía al Estado, que ejercía además una especie de monopolio de la comercialización en el exterior de sus dos principales productos: la yerba y el tabaco. El Paraguay era la única nación de América Latina que no tenía deuda externa porque le bastaban sus recursos.
Decía Alberdi: "Si es verdad que la civilización de este siglo tiene por emblemas las líneas de navegación por vapor, los telégrafos eléctricos, las fundiciones de metales, los astilleros y arsenales, los ferrocarriles, etc., los nuevos misioneros de civilización salidos de Santiago del Estero, Catamarca, La Rioja, San Juan, etc., etc., no sólo no tienen en su hogar esas piezas de civilización para llevar al Paraguay, sino que irían a conocerlas de vista por la primera vez en su vida en el ‘país salvaje’ de su cruzada civilizadora".
La impopularidad de la Guerra de la Triple Alianza, sumada a los tradicionales conflictos generados por la hegemonía porteña, provocó levantamientos en Mendoza, San Juan, La Rioja y San Luis.
El caudillo catamarqueño Felipe Varela lanzó una proclama llamando a la rebelión y a no participar en una guerra fratricida diciendo: "Ser porteño es ser ciudadano exclusivista y ser provinciano es ser mendigo sin patria, sin libertad, sin derechos. Esta es la política del gobierno de Mitre. Soldados Federales, nuestro programa es la práctica estricta de la Constitución jurada, el orden común, la amistad con el Paraguay y la unión con las demás repúblicas americanas".
A pesar de contar con un importante apoyo popular, Varela fue derrotado por las fuerzas nacionales en 1867. Como decía la zamba de Vargas, nada podían hacer las lanzas contra los modernos fusiles de Buenos Aires.
La participación argentina en la guerra respondía también al interés del gobierno en imposibilitar una posible alianza entre las provincias litorales y el Paraguay.
La guerra era para los paraguayos una causa nacional. Todo el pueblo participaba activamente de una guerra defensiva. Los soldados de la Triple Alianza peleaban por plata o por obligación. Esto llevó a los paraguayos a concretar verdaderas hazañas militares, como el triunfo de Curupaytí, donde contando con un armamento claramente inferior, tuvieron sólo 50 muertos frente a los 9.000 de los aliados, entre ellos Dominguito, el hijo de Domingo Faustino Sarmiento.
Decía La Nación, el diario de Mitre, decía: "Algunos miopes creen que el fanatismo de los paraguayos es el temor que tienen al déspota (Solano López) y explican su servilismo por el sistema rígido con que son tratados. Soy de diferente opinión: ¿cómo me explica usted que esos prisioneros de Yatay, bien tratados por los nuestros y abundando en todo, se nos huyan tan pronto se les presenta la ocasión para ir masivamente a engrosar las filas de su antiguo verdugo?"
Mitre trataba de explicar las dificultades de la guerra echándole la culpa a la creciente oposición interna: "¿Quién no sabe que los traidores alentaron al Paraguay a declararnos la guerra? Si la mitad de la prensa no hubiera traicionado la causa nacional armándose a favor del enemigo, si Entre Ríos no se hubiese sublevado dos veces, si casi todos los contingentes de las provincias no se hubieran sublevado al venir a cumplir con su deber, si una opinión simpática al enemigo extraño no hubiese alentado a la traición ¿quién duda que la guerra estaría terminada ya?"
En nuestro país, la oposición a la guerra se manifestaba de las maneras más diversas, entre ellas, la actitud de los trabajadores correntinos, que se negaron a construir embarcaciones para las tropas aliadas y en la prédica de pensadores que, como Juan Bautista Alberdi y José Hernández, el autor del Martín Fierro, apoyaban al Paraguay.
En 1870, durante la presidencia de Sarmiento las tropas aliadas lograron tomar Asunción poniendo fin a la guerra. El Paraguay había quedado destrozado, diezmada su población y arrasado su territorio.
Mitre había hecho un pronóstico demasiado optimista sobre la guerra: "En 24 horas en los cuarteles, en 15 días en campaña, en 3 meses en la Asunción".
Pero lo cierto es que la guerra duró casi cinco años, le costó al país más de 500 millones de pesos y 50.000 muertos. Sin embargo, benefició a comerciantes y ganaderos porteños y entrerrianos cercanos al poder, que hicieron grandes negocios abasteciendo a las tropas aliadas.
El general Mitre declaró: "En la guerra del Paraguay ha triunfado no sólo la República Argentina sino también los grandes principios del libre cambio (...) Cuando nuestros guerreros vuelvan de su campaña, podrá el comercio ver inscripto en sus banderas victoriosas los grandes principios que los apóstoles del libre cambio han proclamado".
Por el tratado de la Triple Alianza, se establecía que los aliados respetarían la integridad territorial del Paraguay. Terminada la guerra, los ministros diplomáticos de los tres países se reunieron en Buenos Aires. El ministro de Relaciones Exteriores de Sarmiento, Mariano Varela expresó: "La victoria no da a las naciones aliadas derecho para que declaren, entre sí, como límites suyos los que el tratado determina. Esos límites deben ser discutidos con el gobierno que exista en el Paraguay y su fijación será hecha en los tratados que se celebren, después de exhibidos, por las partes contratantes, los títulos en que cada una apoya sus derechos".
El embajador del Brasil en Argentina, Barón de Cotepige, negoció separadamente con el Paraguay tratados de límites, de paz, de comercio y navegación. Esto provocó el enojo de la Argentina, que decidió enviar a Río una misión diplomática encabezada por Mitre. Al ser recibido por el ministro brasileño, dijo el delegado: "Me es grato hacer los más sinceros votos por la prosperidad y el engrandecimiento de la Gran Nación Brasileña, unida a la Argentina, sin olvidar la República Oriental del Uruguay, y por la gloria y sacrificios comunes de dos décadas memorables de lucha contra dos bárbaras tiranías que eran el oprobio de la humanidad y un peligro para la paz y la libertad de estas naciones".
Lo cierto es que Brasil si pensaba que la victoria daba derechos: saqueó Asunción, instaló un gobierno adicto y se quedó con importantes porciones del territorio paraguayo.
El regreso de las tropas trajo a Buenos Aires, en 1871, una terrible epidemia de fiebre amarilla contraída por los soldados en la guerra. La peste dejó un saldo de trece mil muertos e hizo emigrar a las familias oligárquicas hacia el Norte de la ciudad, abandonando sus amplias casonas de la zona Sur. Sus casas desocupadas fueron transformadas en conventillos.
Fuente: El Historiador.
Fue publicado en Descubriendo los tesoros.
domingo, 7 de febrero de 2010
![]() |
Maradona, no es una persona cualquieraPublicado por Rafa Hambra 2 comentarios |
Mucho se ha escrito y cantado sobre Diego Armando Maradona, que no es una persona cualquiera es evidente, que es un hombre pegado a una pelota de cuero también. En una época no muy lejana era garantía de éxito comercial. Le han escrito para adorarlo y para insultarlo, pero sobre todo le han escrito al héroe, al ídolo, a ese personaje público que regaló sonrisas y alegrías casi por igual a todo el mundo.
Canciones he contabilizado un número infinito cuantitativa y cualitativamente: de Los ratones, de Manu Chao, de Sabina, de Rodrigo Bueno, de Fito Páez, de Pablo Coll, de Los piojos, de Calamaro, de Charly García, de la Bersuit, de napolitanos para endiosarlo, de ingleses para insultarlo, y un enorme etcétera.
Poesías y textos literarios cientos y cientos; si hasta yo me animé y escribí un poema sobre El Gordo. El gran Eduardo Galeano le ha dedicado varios textos, alguno que hasta podríamos definir como reivindicativo. El personaje ha merecido incluso películas de directores de indiscutible calidad como Emir Kusturica.
El Diego ha despertado pasiones irrefrenables, y estoy absolutamente convencido de que se lo rechaza básicamente por su honestidad brutal, por su incontenible verborragia, por esa manía que tiene de decir siempre lo que piensa, siempre lo que cree. Mucha gente no confía en quien no sabe mentir. En una época, cuando su prodigiosa naturaleza lo convirtió en todopoderoso, se disimulaba el temor que generaba, hasta que la vida redujo cruelmente esa infalibilidad a cenizas recogidas en un rincón.
Quizá, no le perdonen que haya devenido en humano, y no en ícono para ser lucido, como me sugiere la espléndida viñeta de Cristóbal Reinoso (Santa Fe, 14 de febrero 1946), más conocido como Crist.
Pero poco se ha dicho sobre el hombre sufriente, del que la vida le pesa en sus espaldas, sobre la persona real. Quizá lo mejor, lo más humano, lo más cercano al corazón, al menos lo que más me ha conmovido, fueron: el poema de Don Mario Benedetti, y la canción que Alorsa compuso y cantó La Guardia Hereje.
Se humedecen los ojos de cualquier persona con un mínimo de sensibilidad al encontrarse cara a cara con el retrato de un hombre que tambalea cuando se enfrenta a sí mismo, porque enfrente tiene a un dios, enorme, imposible de eludir.
Hoy tu tiempo es real
Hoy tu tiempo es real / nadie lo inventa,
y aunque otros olviden tus festejos,
las noches sin amor quedaron lejos,
y lejos el pesar que desalienta.
Tu edad de otras edades se alimenta,
no importa lo que digan los espejos,
tus ojos todavía no están lejos,
y miran / sin mirar / más de la cuenta.
Tu esperanza ya sabe tu tamaño,
y por eso no habrá quien la destruya,
ya no te sentirás solo y extraño.
Vida tuya tendrás y muerte tuya,
ha pasado otro año / y otro año,
le has ganado a tus sombras / aleluya.
(Mario Benedetti)
Para verte gambetear - La Guardia Hereje
Con un par de lienzos crotos, esperando por el bondi de Fiorito a Paternal.
Las pisadas, las rabonas, son los chiches que los viejos no te podían regalar.
Y en la villa se juntaban los pendejos para verte gambetear.
Del riachuelo para el mundo, desde el cielo hasta el infierno, patadas en catalán.
Ya más nadie iba a manguearle milagros a San Genaro porque entrabas a jugar.
Se juntaron el jetset y la camorra para verte gambetear.
30 millones de negros transpirando en tu remera para jugar un mundial.
Más regalo que un cumpleaños, más premio que la quiniela, más baile que en carnaval.
Y en los barrios faltaban televisores para verte gambetear.
Olé olé, olé olé, olé olé olé olá, para verte gambetear.
Barrilete, pecho inflado, con el sol de nuestros sueños te volviste a iluminar.
Empachado de ilusiones, cuando vos eras el dueño te fueron a desterrar.
Y en las calles, cada lágrima fue el precio para verte gambetear.
Gordo, cara de galleta, caminando medio chueco, siempre echado para atrás.
Como no te daban pase te piantaste de los muertos, cómo te iban a parar.
Y rezamos en La Habana y Buenos Aires para verte gambetear.
Con la sonrisa de pibe, con el brazo guerrillero y el corazón de arrabal.
La zurdita endemoniada y el martillo en el garguero, cada día te quiero más.
No hace falta más que entrecerrar los ojos para verte gambetear.
Olé olé, olé olé, olé olé olé olá, para verte gambetear.
Fue publicado en Descubriendo los tesoros.
sábado, 6 de febrero de 2010
![]() |
Borges y la democraciaPublicado por Rafa Hambra 2 comentarios |
Se oyó con insistencia cuestionar el sistema democrático en nuestro país en estos últimos 26 años. Estas críticas se oyen, casi siempre, en boca de quienes no gobiernan. Generalmente se juzgan intenciones, voluntades o subjetividades, evidentemente. Claro que alguna vez se juzgan realidades.
En estos días, paralelamente, en nuestro continente sí se agredió a la democracia, no sólo en intención, y esta agresión a la democracia aún se mantiene vigente.
Es triste comprobar que algunos defienden o no los ataques a la democracia, reales o supuestos, en función de quién gobierna cuando se producen dichos ataques. En nuestro país, en estos 26 años, la democracia efectivamente padeció ataques reales, y paradójicamente con el beneplácito de muchos de estos inefables personajes.
Incluso un genio como Borges se equivocó y criticó (posiblemente con razón) las raíces totalitarias de un gobierno democrático (en tanto gobernó por decisión democrática del pueblo, no conozco otra democracia válida), y simultáneamente apoyó ideológicamente a quienes se burlaban de la democracia, y se burlaban de esa voluntad popular sistemáticamente.
Francamente, no conozco otro espíritu democrático que el de aceptar con hidalguía la realidad cuando la mayoría elige a quienes más detestamos. Ser demócrata cuando se ganan elecciones no tiene mérito. Si El Viejo no era capaz de hacerlo, a todos los demás se los debo perdonar... Después de todo, todos somos algo necios cuando opinamos de política...
Sin embargo, la historia no. La historia no nos perdona, no nos perdonó, no nos perdonará. Ella exige empecinada que la recordemos, y nos recuerda lo necios, lo mediocres que hemos sido, y que no debemos volver a ser.
Fue publicado en Descubriendo los tesoros y en El diario de Gualeguay
jueves, 4 de febrero de 2010
![]() |
IntoleranciasPublicado por Rafa Hambra 0 comentarios |
“Todos los judíos son iguales” es una frase que no me sorprende escuchar en los más variados círculos. Lo que sí me sorprendió escuchar fue: “la piba estaba bárbara, lástima que era judía”.
Esta innegable dificultad, que se expresa en infinidad de personas, las que muy sueltas de cuerpo se auto catalogan como demócratas y tolerantes, me resulta muy difícil de entender. Se me hace muy difícil comprenderlo, entre otras cosas, porque esa misma gente profesa, de manera ininteligible, la religión que heredaron de sus padres y del país que les tocó en suerte habitar.
Cómo es posible que alguien juzgue a los demás por sus creencias; pregunto, merced a qué derrotero lógico, se puede descalificar al otro, por profesar creencias que no eligió y cuya inexactitud no es posible establecer. Indemostrable por cierto, es también la propia creencia del necio descalificador.
Las creencias son, digámoslo de una vez, por definición indemostrables.
Las mismas actitudes encontramos cuando de sexualidad hablamos. Miríadas de gentes escandalizadas ante la sexualidad de los demás, ofendidas por lo que los demás son, porque los otros no pueden evitar ser distintos. Porque esperan vivir con normalidad su normalidad. No provoca extrañeza lo que sucede siempre, lo que genera es indignación comprobar una vez más que existan individuos que pretenden ser los dueños de la única moral aceptable, y pretendan torpemente imponérnosla al resto.
La tolerancia a los demás, al otro y su grupo de pertenencia, no es sólo una obligación cívica que debemos imponernos, es una necesidad básica para poder vivir en paz. No podemos pretender que respeten nuestros derechos cuando no respetamos los de los demás, a menos que esto lo hagamos por la fuerza. Queremos creer que esos tiempos han quedado atrás, me refiero a los tiempos en que las sociedades imponían su religión y sus esquemas morales por la fuerza.
A modo de modesto ensayo, me resta decir que es probable que estas actitudes, básicamente estén provocadas por la virulencia que alcanza nuestra intolerancia como especie, con aquellos a quienes nos resulta imposible refutar. Somos especialmente sectarios con quienes no somos capaces, con argumentos, de ejercer la razón que creemos poseer.
Necesitamos desesperadamente poseer la verdad única y nos ponemos especialmente violentos cuando la duda asoma.
La intolerancia es, a todas luces, hija de la inseguridad.
Fue publicado en Descubriendo los tesoros y en El diario de Gualeguay
![]() |
4 de Febereiro em AngolaPublicado por João Carlos Carranca |
![]() |
Nazis JudiosPublicado por Rafa Hambra 0 comentarios |
En estos últimos tiempos, a raíz del eterno enfrentamiento entre Palestina e Israel, he escuchado y leído a diferentes personas, asegurar sin pestañear, que los judíos están desarrollando una política de neto corte fascista en el mencionado conflicto.
Si ustedes me lo permiten, voy a disentir con la idea instalada de que los judíos son tan infames e insensatos como los nazis. No está bien, y no estoy de acuerdo.
El judaísmo es una religión, no una concepción política o una raza. De hecho, hay judíos de diferentes razas y definiciones políticas. Así como no es correcto, y no estoy hablando en este caso sólo de cuestiones morales, asociar el nazismo a Alemania y los alemanes, tampoco es correcto asociar el estado de Israel al judaísmo. No solamente porque más del 20% de los ciudadanos israelíes no profesan esa religión, sino también, porque de los que profesan esa religión en todo el mundo, un sector importante, me animo a decir mayoritario, no comparten las políticas fascistas del gobierno del estado de Israel.
Sí estoy de acuerdo en condenar, con toda la dureza posible, el accionar del estado de Israel. Es más, deberíamos organizarnos para presionar a los organismos internacionales para que declaren al estado de Israel organización terrorista, en tanto en su accionar, se comporta como tal.
Pero de ningún modo, es el pueblo judío quien así se comporta, no son "Los Judíos".
Este tema de las generalizaciones, eterna e inexorablemente incorrectas, me recuerda que muchos cristianos (y no sólo miembros de la iglesia católica), durante siglos y siglos persiguieron y mataron (no sólo discriminaron) a los judíos. Argumentaban neciamente, que los judíos habían matado a Jesús. Y resulta que, irónicamente, el nazareno era judío. Un esenio, un rebelde ciertamente, pero vivió como judío y murió por ser judío.
La "Milonga del moro judío", canción compuesta por Jorge Drexler e incluida en su disco Eco (2004), en la que tomó como estribillo una cuarteta de Chicho Sánchez Ferlosio, que fue glosando en sucesivas décimas: ”Yo soy un moro judío / que vive con los cristianos, / no sé qué Dios es el mío / ni cuáles son mis hermanos”, resume de manera acabada mi posición sobre este tema. Deberíamos proponerla como himno de la ONU, o al menos, que la canten todos sus miembros antes de un debate sobre algún conflicto que suponga acciones bélicas.
Fue publicado en Descubriendo los tesoros.